domingo, 14 de julio de 2013

Saldos Electorales



 

Saldos electorales

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Categoría: Perspectiva
Publicado el Miércoles, 10 Julio 2013 01:10
RUBÉN LARA LEÓN
Aunque por fortuna transcurrieron con menos incidentes de los vaticinados, no deja de ser un nuevo motivo de preocupación el entorno conflictivo que de manera creciente empieza a caracterizar los procesos electorales. Dicho con la mayor prudencia, es claro que las elecciones del domingo han sido las más violentas de nuestra historia.
Candidatos asesinados, otros, más afortunados, de plano optaron por renunciar ante las amenazas o agresiones recibidas, grescas sangrientas entre militantes partidarios, abierta presencia, en algunos casos, de intereses oscuros muy posiblemente ligados a delincuencia organizada, grandes contingentes policíacos y militares durante los comicios, fueron ingredientes indeseables que deben ser prevenidos de una buena vez en la normatividad.
No es un asunto nuevo. Se ha anunciado de manera creciente, y hoy es un hecho. Cerrar los ojos sería la peor actitud. Por eso llamó tanto la atención el llamado de las autoridades electorales federales “a participar en la fiesta cívica” asegurando que se contaba con las mejores condiciones para sufragar. Recomendar prudencia, sin generar psicosis, hubiera parecido más sensato.
En cuanto al entorno político vimos lo de siempre: campañas huecas, partidos ajenos a la realidad social, dirigencias atentas a intereses distintos a los del electorado, y falta de responsabilidad para manejar los tiempos. Baste recordar a los tres principales dirigentes partidistas anunciando, apenas cerradas las casillas, el triunfo contundente e inobjetable de sus abanderados cuando ni siquiera habían aparecido los primeros resultados preliminares.
Otra gran preocupación es el creciente abstencionismo. Nos quieren hacer creer que el 38% de asistencia ciudadana a las casillas “es razonable”. El dato debe leerse a la inversa: más del 60% de los votantes es indiferente al ejercicio fundamental de votar, y la gran mayoría de ellos por ya estar hartos de los partidos y de los políticos.
La nota buena, como siempre, a cargo de los ciudadanos fungiendo en las casillas, contando votos, trasladando paquetes, representando partidos u observando el desarrollo de la jornada. Están muy por encima de nuestras agrupaciones partidistas. Son los únicos que ofrecen certeza de contar todavía con salidas democráticas y civilizadas en un país que de pronto parece abrumado por la barbarie política.
Otra buena noticia es la diversidad del voto. Ningún partido puede decir que dominó el escenario general, aunque en algunos estados hubo carro completo. Ahora debe reflexionarse en las adecuaciones necesarias a la normatividad. Las próximas elecciones federales deben efectuarse con mayor certeza. No hay tiempo para desperdiciar.

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