martes, 20 de marzo de 2018

Discurso ante el monumento a juarez

Juárez; si recogiéramos
la íntima estrata, la materia
de la profundidad, si cavando tocáramos
el profundo metal de la República,
esta unidad sería tu estructura
tu impasible bondad, tu terca mano.
Pablo Neruda

 “El respeto al derecho ajeno es la Paz”



Por años se nos ha querido vender la idea de que las enseñanzas juaristas son solamente eso: un enunciado. Es por lo tanto, deber y obligación nuestra, insistir y señalar que el enunciado precedente: es principio y fin de la doctrina que el Benemérito recoge de las entrañas mismas de la nación, y que, aún salpicadas de sangre de sus hermanos las plasma en la conciencia de la República. El Patricio no inventa, no crea; su grandeza estriba en recoger adecuadamente los sentimientos del pueblo, darles orden y registrarlos de modo que queden plasmados en normas y leyes que eran, son y seguirán vigentes; porque la búsqueda de la libertad y la igualdad a través de la legislación es lo más puro en los sentimientos del género humano.
Don Benito se enfrentó en su momento a la sombra de un pasado lleno de traiciones y de una estela de abusos cometidos a la sombra de dogmas e imposiciones en detrimento de los población mexicana a la que arrebataban riquezas, costumbres y religiones; se enfrentó a traidores quienes en la insana búsqueda de beneficios personales querían perpetuar el estado imperante recurriendo a la ignominiosa entrega del país a un extranjero para que levantara la corona mexica sobre sus cienes. Pero la Republica estaba de pie, y el Impasible levantaba la voz de sus hermanos mexicanos.
Hoy día, nosotros, los juaristas, enfrentamos a esos mismos traidores que en la búsqueda de los beneficios personales se contraponen a la doctrina republicana juarista que entre otras cosas dice, cito: ““Bajo el sistema federativo los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”. Fin de la cita.
Enfrentamos a esos traidores que han dejado a un lado el nacionalismo y que ofenden al pensamiento latinoamericano que tantas personas: estudiosos, filósofos, maestros, recogieron y plasmaron en sus obras; traicionan al pueblo con la entrega de las riquezas nacionales a cambio de insultantes prebendas. Esto nos ha llevado, a que, la inmensa mayoría de los mexicanos nacen, viven y mueren en la extrema pobreza,
“Juárez es, como diría José Muñoz Cota: el héroe a la altura de la tragedia de un pueblo que sigue luchando contra las amenazas del imperialismo”. Su contemporaneidad y universalidad estriba en que su batalla, que es la lucha de los marginados de todo el mundo, que es una lucha a favor de la liberación plena del hombre, esta lucha no ha terminado. El camino está trazado.
La doctrina juarista desde su perspectiva más amplia, implica democracia, cito: “jamás podrá verificarse, ni aquí ni en ninguna parte del mundo, una elección, sea cual fuere, que sea igualmente agradable para todos; pero deber es y deber sagrado aceptarla cuando cuenta con la sanción y el voto de la mayoría; de otra manera serán una farsa entre nosotros, el principio democrático y el gobierno Republicano. Fin de la cita.


La democracia implica la libertad de ser y hacer, libertad de trabajo, libertad de culto, de agruparse y progresar, implica liberta de elegir, de ser laico, laicismo, como dijera Ramón Martínez Zaldúa: “involucra las ideas del libre examen, del derecho que asiste al hombre de conocer, analizar, coordinar, sacar conclusiones y juzgar según sus propias facultades sin menoscabo de la lógica, de la razón o de la verdad”

Juárez contempla un estado que descansa en la voluntad del Pueblo, cito: “se ultraja a un pueblo cuando se ataca al poder que él mismo ha elevado y quiere sostener”. Asimismo insiste en el respeto a dicha voluntad popular, continúa diciendo: “yo puedo condonar las ofensas personales; pero no está en mi arbitrio que se ataque impunemente la libertad del Gobierno, democráticamente electo” fin de la cita.


La validez de sus máximas es, hoy día, más certera que nunca. El cumplimiento de la voluntad popular implica el sostenimiento y respeto hacia las autoridades democráticamente electas. Ese respeto y apoyo hacia las autoridades legal y constitucionalmente establecidas, implica la entrega y sacrificio del propio pueblo en la búsqueda del progreso.


El Patricio antepone, la razón y el derecho a cualquier otro orden de ideas, eso es lo que el pueblo quiere, leyes justas, sin torcedura alguna y que se apliquen con firmeza. Por eso decimos que: en cuestión de humanos, la mano de Dios deberá ser ajena, y en cuestión de dificultad entre particulares, no deberá haber voz de rey ni reyezuelo alguno, sólo la ley, la ley estricta y justa. Es pues para el caso, la fuerza de la unión de las individualidades que ha de establecer el orden de justicia. Cito: Cuán invencible es la fuerza de los pueblos y cuán grande el poder de las autoridades, cuando unos y otras, apoyados por la opinión, acatan y defienden, en cumplimiento de sus deberes, el mandato de la ley”. Fin de la cita.


Y la ley no es unipersonal, es la suma de las normas que han de regir y señalar el rumbo del progreso de la población, procurando distribuir adecuadamente la riqueza, demandando el respeto de todos para todos: en su persona, en sus bienes y sus creencias. El estado de derecho siempre presente, Cito: nada con la fuerza, todo con el derecho y la razón”. Fie de la cita.


El pensamiento JUARISTA es universal como el derecho mismo, como la exigencia de elevar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto, y procurar por todos los medios a su alcance el progreso, entendiendo por éste, la constante superación del pasado y la evolución siempre ascendente que permita emancipar al ser humano del dolor, de la esclavitud y de toda servidumbre humana y moral, y hacerla participar de todos los beneficios que pueda proporcionar la civilización y la cultura por medio de una organización positiva y armónica de la sociedad.


Queridos hermanos, actitudes de rechazo al progreso y a la justicia; actitudes que propicien desunión y discriminación a grupos desvalidos y/o minoritarios, imposición dogmas y creencias que avasallan la libertad de credo, son el rechazo pleno al pensamiento Juarista. El enemigo del progreso y la libertad está entre nosotros, conviviendo con nosotros; la injusticia y la intolerancia se enseñorean en todos los ámbitos de nuestra sociedad, de nuestros pueblos.


Solamente podemos combatirlos con la fuerza de la unión, con el discernimiento y con la inteligencia liberal. De nosotros depende combatir como hombres y mujeres libres, o abandonar como cobardes.


Es cuanto

Náser Badí Xacur Baeza
Primavera de 2018














No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para nosotros es importante tu opinión ayudanos a mejorar este sitio.

Desayuno de Reencuentro