“NO ABANDONEIS A MIS INDIOS”
Frase
que peregrina de la dulzura a la amargura; “MIS INDIOS”: locución
lapidaria para quienes este epíteto sirvió y aún sirve para que se les
discrimine, insulte y ofenda.
“Indios” que no son de la India, son de este continente burdamente bautizado por el conquistador.
“Indios”,
para señalarlos y separarlos; “indios” herederos de nada, porque nada
les dejaron los saqueadores que vinieron en representación de una Corona
y al amparo del crucifijo.
¿Americanos?,
no; ellos no alcanzan ese rango, muchos de los “no indios” apenas se
acercan a ese gentilicio. Americanos los del norte, los demás van desde
mexicanos hasta argentinos o chilenos allá en el sur de continente.
Algunos de estos pueblos originales, por su fortaleza y tenacidad
pudieron conservar, ante la mirada del mundo, parte de su nombre:
“indios Apaches”, indios Siux”, “indios Yaqui”, indios Maya, indios
Guaraní, y otros pocos de los cientos de pueblos sojuzgados,
esclavizados y diezmados, perdieron su antiguo nombre y pasaron a ser
indios peruanos, indios de la pampa, indios mexicanos, etc.
“No
abandonéis a mis indios”; frase escrita en cientos de muros y
pedestales, preservada tal vez, a beneplácito de la llamada casta
divina, para recordar que ellos, los indios, son casi nada, son nada. Y,
quien pretenda ayudarlos, correrá la misma suerte de Felipe. Indio,
apelativo acompañado generalmente de insultos: indio flojo, indio de
mierda, indio patarrajada.
Indio blasfemo sería Jacinto de los Santos Uc Kanek, o Jacinto Uc de los Santos Kanek,
acusado de cubrirse con el manto de la virgen, imputación que le
condujo a la sentencia de ser “roto en vida”, incinerado y sus cenizas
esparcidas al viento.
Indio ladino, seria José Gabriel Condorcanqui Noguera, Túpac Amaru II, por
pretender liberar a su pueblo de la opresión y gobernar la tierra que
gobernaron sus mayores. Fue sentenciado a morir desmembrado y luego sus
partes llevadas a distintos poblados para ser exhibidas.
Indio igualado Don Benito Pablo Juárez García, por gobernar de manera recta, honrada y defender a su patria de la intromisión extranjera y del control del clero romano.
FELIPE SANTIAGO CARRILLO PUERTO,
es más, mucho más que una frase cursi. Es ejemplo de que un pueble
puede progresar igualitariamente. Yo pugno porque esa frase: “No
abandonéis a mis Indios”, sea borrada, y se ponga otra que sea
representativa del prócer, tómese de su primer discurso como gobernante:
“NO VINIMOS AL PALACIO DE GOBIERNO A ROBAR DINERO”
Náser Badí Xacur Baeza
badixacur@gmail.comPublicado en el periódico Por Esto
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